Ni él ni ella hablaban sobre lo que habían vivido, los dos sabían que compartían el amor, el secreto, y eso, eso era más que suficiente.
Se veían a los ojos y se reían entre si, en el misterio del amor el juego de la comunicación viene gratis, eran un par de estrellas que brillaban cada vez más fuerte, siempre volvían a empezar.

Comentarios

Entradas populares de este blog